El artista del género urbano es una prueba viviente de que "Dios no usa pijama" y que arriba de Dios no vive nadie.
Y es que su testimonio de vida da prueba de que ha tenido suerte y ayuda divina. El artista habló de todos los momentos difíciles que le han tocado vivir y uno de ellos fue cuando lo secuestraron en Nicaragua durante pandemia.
El artista mencionó que en ese año no tenía ni un real en su cartera, estaba mal económicamente y que lo contrataron para cantar en ese país. Sin embargo fue secuestrado por los sandinistas por dos meses y no pudo realizar los shows.
"Pero algunos soldados sandinistas me trataron muy bien, me llevaron comida... después me soltaron en la selva, luego llamamos a la embajada de Panamá y de Estados Unidos, un día me di por vencido cuando caí en un hueco en la selva".
Relató que uno de sus amigos lo sacó del hueco y que de allí los rescataron los policías ticos; él nunca se había sentido tan contento de ver a un tongo.
El artista también vivió la muerte de su hermano; luego murió Danger Man. En 2018 se murió su madre en Nueva York.
Su padre también ha sufrido varios derrames.
Ahora, este año ha vivido otra prueba, la de superar su derrame cerebral. Actualmente sigue recibiendo terapias.
